Un viaje de lujo a Burgos

Los días 25 y 26 de Noviembre el Centro  Concepción Arenal planificó un viaje cultural a Burgos, que deseo catalogar simplemente como muy satisfactorio para mi. Nos acompañó el buen tiempo, a pesar de los augurios previos de nieve y lluvia. Para no explayarme demasiado sólo quiero reseñar los puntos más destacados por su  importancia cultural y curiosidad.   La  primera visita fue al Museo de la Evolución Humana, la cual considero como la más rica en su contenido histórico. Quizás requería más tiempo para el un análisis minucioso.   La visita Monasterio de las Huelgas, quiero señalar sobre todo la rigurosidad con que se trata a los visitantes. No cabe duda de que debe haber un comportamiento correcto ante un conjunto monumental de  significado valor, pero la guía ya advirtió del cumplimiento a seguir en medio de su buen oficio informativo con voz  agradable y claras explicaciones. Los vigilantes ni siquiera pestañeaban por si alguien hacia una foto. Dicho Monasterio es inmenso y solo vimos una pequeña parte. Menudo lugar para la holganza y el reposo veraniego ya en aquellos tiempos cuando lo construyeron.   La visita a la Catedral, no cabe duda de que es una joya ese conjunto monumental, pero como en otros monumentos históricos, siempre hay obras que impiden ver más contenido. Ensalzó esta visita la guía informadora, grande en su estatura y bien preparada en sus conocimientos.   De la visita a Oña señalo como de gran valor la Iglesia de San Salvador que nos presentó el Párroco como guía de la misma, que nos hizo un gran alarde de sus dotes polivalentes, organista, electricista, pero reacio a  dar su nombre, pero estupenda la visita.   En Frías hay que destacar la importancia del Castillo y la Iglesia Parroquial en la misma cúspide y el conjunto de casas colgadas. Se contempla un paisaje admirable belleza desde lo alto de los torreones. Fuimos bien atendidos por Darina la guía llegada de Albania hace sólo seis años y con un perfecto castellano, responsable de toda la información turística del pueblo.   Ya de retorno a Zaragoza, la parada en Haro nos cerró la libreta de notas con una visita a la ciudad presentada por un excelente conocedor de la historia de su villa natal.   Me queda tan sólo agradecer y felicitar a los organizadores de un viaje como este, (sin dar nombres), sois formidables en el trato personal, y el buen hacer y digo que el éxito lo tenéis asegurado como siempre.    En nombre de mi esposa,  Mercedes y mío propio, muchas gracias. Anselmo Fernández