José Catón, alumno de Mentor-Scribus y de Inglés nos envía este bonito relato. Esperamos que os guste.
Llueve. Pequeñas y pocas gotas
caen sobre el suelo. Plop, plop, plop. Poco a poco arrecia y cada vez son más.
Muchas más. Llueve. Y la gente empieza a correr. Yo sonrío. Va a venir.
Tapo mi casa hecha de cartones. Cubro el
techo con bolsas raídas encontradas en la basura. Y llueve. La calle se llena
de lonas de todos los colores. O sea de paraguas. El cielo desaparece bajo una
tapia de ladrillos de nubes negras. Llueve cada vez más. Me tomo un trago de
vino de tetrabrik.
Plopoploplop. Plopoploplop.
El muro se rasga. Una luz
cegadora aparece seguida de un estruendo. Barabum. Y se repite por otro lado de
la muralla. Barabum. Y yo sonrío. Otro trago de vino barato. Ya está aquí. Con
sus cabellos dorados y sus ojos de gata. Con su blusa blanca, su falda corta y
sus botas de tacón alto.
–Te invito a cenar– le digo, igual
que el primer día, cuando la conocí.
Sigue lloviendo y bajo mi casa
cenamos una sopa de huesos de pollo, encontrados en un contenedor.
Brindamos con el “Don Simón barato”
de tetrabrik. Y entre copas el deseo se infiltra en nuestros cuerpos. Sigue
lloviendo. Plopoplopop, Plopoplopop. Por un hueco de los cartones se contemplan
niños chapoteando entre las pequeñas lagunas del asfalto. Y madres recogiéndolos,
y otra vez un estruendo. Barabum. Nos besamos. Nos damos los besos del olvido.
¿O del recuerdo?. No sé. Nuestros cuerpos se funden en uno sólo mientras
hacemos el amor salvajemente. Como si fuera el último día que nos quedara por
vivir. Y el sudor se confunde con el agua que llena la calle.
Poco a poco la lluvia va parando.
Miro por el hueco entre cartones y el aire se lleva esas piedras negras. Y
aparece el cielo otra vez. Tímidamente el sol se despereza echando sus brazos
por una esquina. Y me avisa. Ella se va a marchar. Nos damos un último beso.
Un
caballo blanco viene y se la lleva. Ya se va. Tomo otro trago de vino. Salgo a
la calle. Solo queda la estela que ha
dejado. Un arco multicolor. Ya no llueve. Estoy triste y a la vez contento. Sé
que vendrá. Sé que volverá. Ella siempre vuelve. Siempre viene cada vez que
llueve.
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