Siempre soñé ser alguien importante. Miraba libros de países y deseaba estar en esos lugares. Por eso mi deseo era ser azafata. Pero al conocer a Nilton, todos mis deseos y sueños fueron olvidados y guardados en la caja de mi más profundo corazón.
Me enamoré de un hombre humilde y trabajador. Cuando le conocí yo tenia 17 años y él 21. A mis 20 años me casé. Me sentía muy feliz a su lado. Ya tenía otros objetivos y era envejecer con él. Ahora tengo mis 50 años y sigo a su lado. Y le quiero cada día más, pero mi amor ha aumentado al tener a mis 5 hijos y a mis tres nietos.
Pero sólo os digo que no estoy pintando mi vida de rosas. También lo he pasado mal, como cualquier persona. Y eso me hizo ver la verdad del amor.
Tengo muchas cosas que contar, y sólo esto es una milésima parte de mi historia, que está llena de sufrimiento, envidia, odio, pelea, lujuria, traición, venganza y arrepentimiento.
Adiós. Hasta otro momento.
Loyana.
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