por Ana Asensio
Directora del Ciclo
22 de febrero de 2013 – Tercera y última sesión del Ciclo de Cine “Maestros de la luz”: “Días del cielo”
Terrence Malick, con solo cinco largometrajes estrenados, es uno de los cineastas norteamericanos más personales de los últimos tiempos, como ratificó su último título: “El árbol de la vida” (2011). En su segunda película, “Días del cielo” (“Days of heaven”, 1978), una alegoría sobre el cielo y el infierno cotidianos por la que recibió el galardón al mejor director en el Festival de Cannes, ya reveló un estilo de gran plasticidad visual como marco para transmitir emociones, a lo que contribuyó la experiencia fotográfica del español Néstor Almendros, uno de los más prestigiosos profesionales de la iluminación en el cine.
Almendros, que comenzó como director de fotografía en Cuba, donde emigró muy joven, fue colaborador esencial para autores de la “Nouvelle Vague” francesa como Éric Rohmer y François Truffaut, desarrollando también una reconocida carrera en Hollywood, donde fue nominado al premio Óscar por su fotografía en cuatro ocasiones, recibiéndolo por su labor en “Días del cielo”, lo que le ha convertido en el único español, hasta la fecha, poseedor de la estatuilla en esta categoría.
Especialmente interesante para comprender su obra y sus motivaciones artísticas resulta su libro “Días de una cámara”, que recoge estas palabras en el capítulo que dedica a “Días del cielo”:
“Cuando llegué al Canadá, donde se rodaba la película –aunque la acción transcurre en Texas-, comprobé que Malick sabía mucho de fotografía. Su sentido de lo visual es excepcional, su cultura pictórica también (…). Con Terry el diálogo resultaba fácil. Iba siempre directamente al fondo de cada problema. Y no solamente me permitió hacer lo que siempre quise –no utilizar casi ninguna luz de estudio en una película de época-, sino que me empujó en esa dirección (…). Nuestro trabajó consistió básicamente en simplificar la fotografía, en depurarla de todos aquellos efectos artificiosos del pasado reciente. Nuestro modelo era la fotografía del cine mudo (Griffith, Chaplin, etc), que recurría a la luz natural frecuentemente. En los interiores de día empleamos la luz de la ventana, como en Vermeer; en los interiores de noche, muy poca iluminación, una sola luz por regla general. Days of heaven viene a ser, pues, un homenaje a los creadores de imágenes del cine mudo, a quienes admiro por su santa simplicidad, por su falta de refinamiento.”
Como grupo invitado especialmente a la sesión contaremos con Fotógraf@s en Zaragoza (página web: http://fotoenzaragoza.com/)
Os esperamos.