viernes, 19 de febrero de 2016

Tercer y último viernes de cine


BEING JULIA (2004)


por Ana Asensio. Coordinadora del Ciclo

Nuestra tercera sesión es un homenaje al mundo de la representación en su ámbito artístico originario: el teatro. 

Frente a “Sunset Boulevard” y “Fedora”, donde sus protagonistas resultaban víctimas del paso del tiempo, en “Being Julia” Annette Bening encarna a una veterana actriz inglesa todavía en pleno éxito, si bien atravesando una fase vital en que precisa reafirmarse y encontrar savia nueva que la aliente hacia adelante. Emparejada con su productor Michael Gosselyn (Jeremy Irons) en un matrimonio donde ya se perdió la ilusión, la llegada de un joven y apasionado admirador norteamericano, Tom (Shaun Evans), disipará su crisis y reanimará su rumbo, aunque pronto perciba las sombras de la ambición que amenazan con desplazarla… Será entonces cuando su talento profesional se transforme en su principal arma.

Basada en la novela “Teatro” (1937), del escritor británico W. Somerset Maugham, que ya conoció una adaptación cinematográfica en 1962 titulada en España “Julia se porta mal”, dirigida por el alemán Alfred Weidenmann y protagonizada por Lilli Palmer, Charles Boyer y Jean Sorel, esta nueva versión del húngaro István Szabó destaca por su exquisita recreación del Londres de los años 30 del pasado siglo y por su cuidado reparto. La película brilla especialmente gracias a la interpretación superlativa de Annette Bening, capaz de desplegar toda su versatilidad en un personaje que requiere de múltiples matices en su continuo devenir entre su faceta más íntima y los roles que adopta tanto sobre las tablas escénicas como fuera de ellas.

Esta incursión del cine en el entorno del teatro concediendo un especial protagonismo al universo femenino cuenta con precedentes tan memorables como “Damas del teatro” (“Stage door”, Gregory La Cava, 1937), “Eva al desnudo” (“All about Eve”, Joseph Leo Mankiewicz, 1950) y “Noche de estreno” (“Opening night”, John Cassavetes, 1977). Dentro de la cinematografía española, basada en la obra teatral “E.R.” del galardonado dramaturgo Josep Maria Benet i Jornet, merece destacarse la película de Ventura Pons “Actrices” (1996).

Pasen y tomen asiento, ya que la función está a punto de empezar.





miércoles, 3 de febrero de 2016

2º viernes de cine. Fedora

por Ana Asensio. Coordinadora del Ciclo

Con casi treinta años de distancia, “Sunset Boulevard” (El crepúsculo de los dioses, 1950) y “Fedora” (1978) componen el singular díptico de Billy Wilder sobre la imparable maquinaria de la industria del cine y sus demoledores efectos sobre algunas mujeres intérpretes. Partiendo en ambas historias de una muerte, nos hablan de las falsas apariencias, del mundo de la representación, de las facetas sacrificadas con el fin de mantener los mitos… Si en “Sunset Boulevard” Norma Desmond se refugiaba entre los restos de su gloria para conservarla, en “Fedora” su protagonista se protege bajo su indumentaria, siendo un hombre de Hollywood que irrumpe en sus vidas (en los dos casos encarnado por William Holden) quien termine provocando sus últimas grandes apariciones en público.

Jugando a las resonancias cinéfilas, en “Fedora” cabe reconocer la atmósfera asfixiante de Georges Franju en “Los ojos sin rostro” (1960), el fascinante misterio creado por Hitchcock en “Vértigo” (1958), la narración polifónica y fragmentada en torno a la cara oculta del séptimo arte conducida por Mankiewicz en “La condesa descalza” (1954) y Minnelli en “Cautivos del mal” (1952)… En todo caso, a pesar de la incomprensión con que se recibió en su estreno, “Fedora” resultó una nueva muestra de la romántica amargura de su cínico director, que con su penúltimo largometraje orquestó su particular elegía a una época irrecuperable del cine, aquella en la que nos legó sus mejores obras.

“Fedora” rinde también tributo a las mujeres actrices que nos han hecho soñar con sus trabajos y que han pagado un alto precio por preservar su lugar en la cumbre. En palabras del propio Wilder, esto es lo que más le interesaba del relato homónimo de Thomas Tryon, incluido en la novela “Crowned heads”, en que se basó para su guion:

“Lo que no está en Tryon y sí se encuentra en la película es la situación de una gran estrella que ya no tiene salida y que está acechada por el olvido. Lo que intentamos dramatizar es lo que ella misma dice: lo mejor para una estrella es morir joven como Jean Harlow, Carole Lombard o Marilyn Monroe. El cometa tiene que desaparecer en el firmamento y no caer como un petardo mojado. En nuestra historia, por una serie de acontecimientos, ella vislumbra una posibilidad de sobrevivir (…) Lo que me gustaba era esta estrella sobrenatural que reemplazaba a las emperatrices del pasado y que hoy ya no existe” (Del libro de conversaciones “Billy & Joe”, Michel Ciment, Plot Ediciones, Madrid, 1994).